El cuerpo como campo de batalla

06.04.2025

Por Fernando López Lage


"El wokismo es el resultado de la inversión de los valores occidentales, cada uno de los pilares de nuestra civilización fue cambiado por una versión distorsionada de sí mismo mediante la introducción de diversos mecanismos de su versión cultural" (1)


Existe cierta confusión cuando en nombre de la libertad de expresión se relaciona el pensamiento de izquierda y la cultura woke. Los que cuestionan la cultura de la cancelación, que es obviamente discutible porque tiene múltiples abordajes, utilizan el término de manera sesgada.

El término woke proviene del verbo wake (despertar) y del slang estadounidense y se ha convertido en una referencia para alertarnos ante las injusticias sociales. Las reivindicaciones feministas, antirracistas de disidentes LGTBQINB+, e indígenas, están asociadas a lo woke. Originalmente surge de las luchas antirracistas de los afrodescendientes en el siglo XXI.

Kiyan Williams, Las ruinas del Imperio II o la Tierra se traga la casa del Maestro. Vista de la instalación, Bienal del Whitney, 2024.

En la Asamblea Constituyente francesa de 1789 se votaba el poder que debía tener Luis XVI. El debate entre los seguidores de la corona y de los revolucionarios, era tal que los monárquicos se ubicaron a la derecha del presidente de la asamblea (la derecha de dios padre) y a la izquierda se ubicaron estratégicamente los antimonárquicos. Estos querían el fin del poder absoluto del monarca. Así se fundan las ideas que están a la izquierda y a la derecha.

La votación de ese día la ganaron los que estaban sentados a la izquierda, con 673 votos frente a los 325 que emitieron los de la derecha. Eso terminaría marcando el curso de la Revolución francesa. Con este resultado, la monarquía había comenzado a enterrarse en Francia.

El término izquierda se instala definitivamente como concepto en el siglo XIX con el pensamiento de Karl Marx, que tuvo su encarnación en la revolución rusa de octubre de 1917. También podríamos asociarlo al levantamiento antimonárquico de Alemania de 1918 que tuvo una amplia participación de movimientos de izquierda.

Mas adelante el socialismo fue base filosófica de estas ideas que, junto al anarquismo, fueron influyentes en el desarrollo de las corrientes de la primera mitad del siglo XX. Las propuestas iban por un lado por la extinción de la propiedad privada, un Estado obrero dirigido por el proletariado, y la desaparición de las clases sociales. Los anarquistas a diferencia de los socialistas por otro lado, planteaban la disolución del Estado, la libertad del individuo y la negación del régimen democrático como base del Estado opresor.

Kiyan Williams, Estatua de la Libertad (Marsha P. Johnson), 2024 Aluminio, cromado. Vista de La Instalación, Bienal del Whitney, 2024.

La idea de este artículo no es analizar las corrientes de izquierda, sino acercarnos a un abordaje para discernir las diferencias que radican entre los términos que se plantean al principio: la izquierda y lo woke.

Las izquierdas tienen algo en común en su base ontológica, y es que reivindican los valores universalistas y también una visión del mundo que se entiende desde la geopolítica y la historiografía. Ese mundo está integrado por países que sufren la desigualdad de sus poblaciones como consecuencia de la estructuración en las clases sociales.

La burguesía, la clase media urbana y la clase obrera urbana serían junto al campesinado la composición de ese mundo. Los valores de paz, solidaridad, igualdad, fraternidad, libertad, entre otros siguen siendo sostenidos por las izquierdas como sus características más importantes. Estas deberán comprenderse como verdades aplicables a toda la humanidad y también incuestionables.

En los últimos años la definición de mundo aplica al conjunto de todo lo existente. Esto nos lleva a narrativas, verdades, discursos del pensamiento occidental, blanco y europeizado. Del mundo creado por dios pasamos a definir el mundo como eso que existe por sí mismo. Este sí mismo, está asociado con el correlacionismo (2) que implica ser y pensamiento como pilares del entendimiento humano, que incluye crear o entender lo que define un diccionario.

Arthur Jafa, Le Rage, 2017. Impreso a color sobre aluminio. Coleccion del Instituto de Arte Contemporáneo de Miami.

Si no está en el diccionario, no está en nuestro cerebro, no existe. Y si no existe, está fuera del mundo. Acá podríamos encontrar una de las características que nos conduce a pensar la izquierda como algo muy distinto a lo woke. Y entender porque se vive como una filtración peligrosa en el orden mundial.

El reduccionismo binario y conservador trata de unificar los dos términos, izquierda y woke, para continuar invisibilizando lo que está fuera del mundo. Las preguntas que surgen serán entonces, cual es el lugar que ocupan y ocuparon las personas racializadas, las mujeres de la clase obrera organizada y también las disidencias sexuales y de género en la lucha de clases.

Es desde este lugar que se desprende la diferencia del termino woke, ya que su origen en la palabra wake habla de poblaciones que estaban invisibilizadas, como la población afrodescendiente que desde los años 90 su lucha ha tomado mas protagonismo en el debate mainstream. Una de las ideas que sostienen estas reivindicaciones es justamente la singularidad, cosa que deconstruye la verdad única, y como consecuencia la idea de mundo pensada como definición de diccionario. Qué lugar y que categoría en el mundo de los humanos ocuparon las personas traficadas y esclavizadas? Durante el tráfico de personas de Africa hacia América para la venta y la esclavización, podemos creer que siguieron siendo humanos dentro del mundo tal como lo pensamos?

El arte nos ayuda a discernir y allanar el camino donde el continuismo de lo binario produce confusión. La antipatía de la derecha hacia la diversidad, la equidad y la inclusión está mas presente que nunca desde la asunción de los presidentes Trump, Millei, Meloni, por nombrar algunos.

Richard Prince, Sin título (cowboy), 1989. Impresión cromogénica.

El término woke se ha vuelto aparentemente negativo, mientras lo deplorable es una insignia destacable.

En Uruguay también se maneja el término como argumento en defensa de las tradiciones y la patria. El legislador uruguayo Sebastian Da Silva, para reivindicar las jineteadas cosa que se asocia a la tradición de la patria, se refiere a la critica que realizan los wokes, antiespecistas o defensores de los animales. Estos últimos exigen terminar con la tortura y muerte de los caballos en las jineteadas, como parte de un espectáculo criollo.

Da Silva argumenta que es un intento de la cultura woke de romper las tradiciones. "Esa cultura woke ha llevado a este tipo de barbaridades olvidando que el caballo reservado de la jineteada es el que menos trabajo pasa durante el año", dijo. "Es tanto el desconocimiento que hay una disputa entre la cultura woke y la cultura del campo. Y nosotros vamos a estar sí o solo sí defendiendo la cultura del campo, que es esencialmente sana, esencialmente buena, esencialmente uruguaya", agregó. (3)

Una persona afro que señala al blanco como racista, según los críticos de lo woke, también lo transforma en racista de forma equitativa. Lo intentaron durante un tiempo con el director de cine Spike Lee, donde algunos críticos escribían que el autor practicaba un "racismo inverso". Es posible un racismo inverso? Es posible que los célibes involuntarios (INCEL) promotores de la misoginia, sean reivindicables de la misma forma que las víctimas de feminicidio? Es lo mismo que en nombre de la libertad de opinión el KKK pueda hacer apología del odio en marchas callejeras?

En Harpers Magazine se publicó hace un tiempo un articulo de Dean Kissick titulada Cómo la política destruyo al arte contemporáneo. La protesta pintada (4).

En el artículo Kissick analiza como la ambición (así le dice) de poner en escena el presente fue reemplazada por la inclusión y la equidad. Se refiere y rescata la función del arte como un propulsor de la inventiva y la originalidad, característica que según sus palabras, queda mancillada por el intento woke de amplificar las voces de los marginados históricamente.

También escribe de manera instructiva que: "...Eres libre de soñar cualquier cosa. Construir mundos diferentes, susurrar sensaciones en muchos oídos, tratar de destruir la realidad; estas son perspectivas con las que los artistas han soñado durante siglos. Todavía hay mucho que imaginar".

Hay una intencionalidad en su texto que no es banal, tiene una argumentación válida aunque discutible. Es válida porque no es un improvisado, es un conocedor del arte actual, pero reivindica una fórmula de producir arte que está asociada a las vanguardias modernistas, que fueron universalistas y eurocéntricas. Por lo tanto el sentido del arte contemporáneo en sus múltiples abordajes queda anulado, sobre todo en lo que hace al rescate o reivindicación de las singularidades y cosmovisiones diversas. También podemos leer en su enunciado el concepto continuista de lo original y puro en la creación, un sesgo que fue ampliamente debatido y a punto de abandonar por lo contemporáneo, conceptos que desde hace décadas fueron desarticulados por los artistas y pensadores mas importantes.

En su análisis hace referencia a las grandes exhibiciones como la Bienal de Venecia o la Bienal del Whitney, etc. eventos de altísimo presupuesto que tienen guiones curatoriales que visibilizan esas voces marginadas, pero que según su opinión no tienen ninguna consecuencia en la realidad. Considera que mas allá del esfuerzo de cientos de artistas del mundo entero y curadores, esas voces continuan siendo olvidadas. Las consecuencias de lo políticamente correcto, por lo tanto para Kissick, han hecho que las obras y los artistas invisibilizados desde hace siglos se vuelvan centrales en el discurso de las primeras décadas del siglo XXI y eso no le haría bien según su hipótesis a la libertad de la creación de los artistas.

El 20 de enero de 2025, Donald Trump emitió una orden ejecutiva titulada "Defendiendo a las mujeres del extremismo de la ideología de género y restaurando la verdad biológica al gobierno federal". Declara que "es la política de los Estados Unidos reconocer dos sexos, masculino y femenino".

El 6 de marzo, la Unión Americana de Libertades Civiles presentó una demanda contra la National Endowment for the Arts, acusando a esta última de hacer cumplir la orden ejecutiva de la administración Trump que prohíbe a los solicitantes de subvenciones promover la ideología de género en su trabajo.

La reacción frente a lo que denominan la "ideología de género" se remonta a los años 90 y se centra en el combate del feminismo y el activismo LGBTQIANB+, los cuales son presentados como parte de un movimiento cultural Neo marxista que busca desestabilizar un presunto orden natural, desde donde se desprende que es una ideología.

La confusión surge y se fue instalando como una nueva ola de violencia epistémica, transformando las luchas en chivos expiatorios, culpables de la decadencia de los valores morales universales.

El orden natural de la sexualidad humana es uno; macho-hembra y surge así exclusivamente la complementariedad para la reproducción. Los movimientos contra la ideología de género consideran que todo el conocimiento producido por los estudios feministas, de género y LGBTQIANB+ desde los años 70 en adelante no son más que una deformación de la verdadera naturaleza de la humanidad.

Esta naturaleza se encuentra expresada en la religión católica y otros monoteísmos, pero es bien visible en los enunciados del Papa Francisco sobre la creación y reproducción. Previamente Benedicto XVI dijo que el ser humano con el ateísmo pretendió negar la existencia de Dios; con el materialismo, las exigencias de la libertad; y con la ideología de género, las de su propio cuerpo.

Esto también tiene su contrapartida en el discurso cientificista médico. Hasta hace muy poco en nombre de la disforia de género se patologizó a las personas trans que fueron víctimas además, de las violencias institucionales médicas todavía invisibles.

Los nuevos conservadores cuasi fascistas denominan ideología de género como aquello que suplanta al enemigo que se cae junto al muro de Berlin y el fin de la guerra fría.

El transfeminismo es para estos pensadores conservadores o de ultra derecha, lo que suple a la izquierda, una especie de Neo marxismo, una ideología que puede tambalear las estructuras del mundo (otra vez).

Maurizio Cattelan, La novena hora, 1999.

Muchos líderes políticos, como los anteriormente nombrados, han utilizado el concepto ideología de género, como parte de sus campañas. Las promesas van en contra de la despenalización del aborto, la educación sexual en la enseñanza, las políticas de identidad de género y el matrimonio igualitario, etc. La ideología es plenamente utilizada desde esos discursos de odio que se proyectan hacia las reivindicaciones de las minorías.

El tribunal supremo de EE.UU dictaminó en 2022 que el aborto no es un derecho constitucional, y se permitió a cada uno de los estados a regular cualquier aspecto del aborto que no esté prevenido por ley federal. El desarrollo legislativo puede variar en cualquier decisión en estrado, por ahora y a partir de 2022, el fiscal general republicano de Misuri, Eric Schmitt, emitió una opinión que activó la ley antiaborto del estado, prohibiendo el procedimiento excepto casos de emergencia médica.

Volviendo al principio de este articulo, es justo discernir porque lo woke y las corrientes de izquierda son cosas muy diferentes, y porqué el arte finalmente, es visto como una herramienta de sentido y de cambio potencialmente peligrosa.

El ejercicio del arte está transformando en un espacio- laboratorio de pensamiento, filtraciones, mutaciones, y por esto está generando estados alterados y firmas urgentes de documentos en medio de campañas de odio, misoginia y fobias varias.

Cuando visitamos una bienal internacional o un museo con proyectos curatoriales que visibilizan problemáticas de género, racialidad, etnicidad, o disidencias de cualquier tipo, estaríamos, según los que continúan a la derecha, (los defensores de la corona), visitando un evento que reivindica lo woke.

Pero una cosa no tiene nada que ver con la otra, no habrá más dos únicos polos debatibles, sino tantas posturas como singularidades surjan.

Lo woke es un término que va mas allá de la definición de izquierda, o de ideología, o de género; aunque aparezca como la nueva kriptonita, que ya no es solamente aquel mineral radiactivo y ficticio que dejaba sin poderes a Superman.

Barbara Kruger, Untitled (Your body is a battleground), 1989/2019.


(1) Discurso del presidente argentino Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos.
(2) En Después de la finitud, Meillassoux define el correlacionismo como « la idea según la cual solo tenemos acceso a la correlación entre el pensamiento y el ser, y nunca a ninguno de los dos términos considerados independientemente del otro » Meillassoux, Quentin: Después de la finitud: ensayo sobre la necesidad de la contingencia, Buenos Aires: Caja Negra, 2015.
(3) https://www.subrayado.com.uy/da-silva-critico-reglamentacion-del-inba-que-abarca-jineteadas-una-disputa-la- cultura-woke-y-la-del-campo-n971359. Consulta 5/4/25
(4) https://harpers.org/archive/2024/12/the-painted-protest-dean-kissick-contemporary-art/ Consulta 5/4/25